jueves, 18 de julio de 2013

Las personas vuelven a convertirse en el centro de las empresas

Nuevo eje

La importancia del bienestar de los trabajadores para la empresa fue el foco principal del X Congreso de Adrha

"No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte", comienza el poema atribuido a Santa Teresa en el siglo XVI y continúa: "Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte".

El mensaje es revelador: no importan ni el premio ni el castigo, el buen sueldo o la amenaza de ser despedido; lo que realmente conmueve es el sentido que se le encuentre a la vida o, si se quiere, al trabajo.

Este concepto clásico pero innovador para el mercado laboral local, sumado a la revalorización de las emociones en ese espacio y a la necesidad de aprender a ver esta dimensión humana en la empresa empaparon ayer el X Congreso de la Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (Adrha), que se realizó el jueves último en el hotel Salguero Plaza.

La original idea de utilizar las palabras de la religiosa fue del ingeniero chileno Nicolás Majluf, que abrió el congreso con una exposición inundada de música que sorprendió al auditorio. A través de esas palabras, entre otros elaborados conceptos, el profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile intentó explicar cómo los gerentes de Recursos Humanos deben comenzar a transitar la necesaria desviación de lo formal -las finanzas, operaciones o los datos- a lo sutil o lo humano.

"Lo formal es imprescindible, pero no es suficiente. El análisis de datos en una empresa no entrega todas las respuestas", dijo el profesor titular de la escuela de Ingeniería. "Hay que centrar a la persona como sujeto de la gestión y, al mismo tiempo, la persona debe encontrarle un sentido profundo a su trabajo."

UN NUEVO SENTIDO


"¿Qué es lo que nos mueve? ¿Por qué me levanto en las mañanas?", se preguntó el académico para después citar a Santa Teresa. "No son los premios o los castigos, las cuestiones extrínsecas las que nos mueven, sino las intrínsecas. Es lo que pasa en mí cuando hago lo que hago."

Según el ingeniero, en los últimos 30 años en los que los números dominaron las organizaciones creció la desigualdad en la distribución del ingreso y se precarizaron aún más los puestos de trabajo. "La racionalidad tiene sus límites. Hay que aprender a ver más allá", dijo.

"Hagamos realidad los sueños", reclamó después y pidió a los jefes presentes que se preguntaran ellos mismos: "¿No estaré destruyendo la vida de mi gente? ¿No les estaré matando sus sueños?" De fondo sonaba I Dreamed a Dream, famosa canción que el personaje de Fantine canta en Los Miserables.

"Nos hemos encargado de los números, las finanzas, de la creación de valor, pero no se puede dejar de lado lo emocional. Las empresas son las personas", explicó Majluf.

"Hay que darle un sentido a nuestro quehacer diario", arrancó en el mismo sentido su exposición el coach profesional Ricardo Gómez. "Hay que llevar el aspecto emocional a las empresas", afirmó el gallego.

Según el experto en formación, lo que marca la diferencia entre las personas no es lo que hacen, sino cómo hacen lo que hacen, qué los motiva. En ese sentido afirmó que el bienestar, algo que todo ser humano busca, es un hábito y como tal puede desarrollarse o entrenarse si se puede interpretar el mundo de otra manera. "Podemos cambiar el significado de la palabra trabajo", prometió.

"¿Cuáles son las dos cosas comunes de todas las personas felices?", preguntó al auditorio. Él mismo respondió: "Que son agradecidas y que tienen un sentido profundo de lo que hacen". En ese rumbo afirmó que la clave para lograr cierta higiene mental, tanto en la vida como en el trabajo, es la posibilidad de ser reconocidos y la autorrealización.

"Todo trabajo puede ser visto de una manera sumamente profunda", aclaró Gómez. "Esto puede generar un impacto tremendo en las personas que nos rodean", dijo.

"Por otro lado, no hay maltrato más grande para un profesional que no se lo reconozca. Es demoledor", destacó el experto.

APRENDER A MIRAR


El coach pidió "dejar la mirada científica" y "recuperar la mirada de aceptación y sorpresa", similar a la que tienen los niños. "Para sacar las emociones hay que cambiar la forma de ver las cosas." Para eso recomendó: "El agradecimiento es una vacuna. Transforma nuestras vidas. Si puedo agradecer es porque puedo ver lo que el otro hace por mi".

"Ellos se ven ganadores y por eso son ganadores", confesó Enrique Quique Nardone, creador de los Muerciélagos, como se reconoce en el país y el resto del mundo al seleccionado argentino de fútbol para no videntes. Nardone fue el encargado de cerrar el congreso de Adrha.

"Hay que aprender a entender y a escuchar al otro. Esa es la clave. Como jefe hay que dar a entender que se trata de una oportunidad para crecer. Yo sólo pido actitud, disposición y compromiso de mis jugadores", afirmó el preparador físico.

Para el campeón del mundo con la selección argentina, el nacimiento de su equipo fue un sueño que llegó de una necesidad. "Uno tiene que creer que estas cosas se pueden lograr", dijo ansioso desde el escenario.

En el cierre, Nardone regaló su secreto: "El logro más importante es el de generar sonrisas"

Por Francisco Jueguen
Fuente Diario La Nacion

Publicado por Federico Wasinger

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